Un país que representa el civismo en Europa. Y la educación, orden, tranquilidad... una vez oí decir que a los suizos se los suele considerar bastante sosos y carentes de alegría. Quizá no estuve allí el suficiente tiempo para poder comprobarlo, o no conocí demasiada gente del lugar, pero estoy segura que de ser así, todas la cualidades antes mencionadas superan esa supuesta falta de carisma.
Suiza es un pequeño país lleno de curiosas diferencias. Su excelente situación geográfica hace que se nutra de culturas tan distinguidas como la francesa, alemana e italiana. Toda esta amalgama hace al país único y a sus habitantes dignos de ser envidiados por manejarse con fluidez en, al menos, cuatro idiomas.
Suiza ostenta numerosos récords a nivel europeo: es el país con mayor número de montañas de más de 4.000 metros de altitud (tiene un total de 48), es el que tiene el tren más alto de Europa (el que lleva a la Jungfrau), también el tren cremallera más alto (el que va al Pilatus), el que creó el chocolate con leche y el que posee la mayor catarata de Europa: Rheinfall Neuhansen, el nacimiento del Rin, al norte del país.
No sé si es o no la más grande pero sé que esos 700.000 litros de agua que caen por segundo no dejan a nadie imparcial. Sin embargo, ese estruendo del agua no parece inspirar ningún tipo de violencia natural, sólo silencio, paradójicamente. Silencio de ciudad, de vida mecanizada, de rutina urbana.
En el centro de Suiza, en la zona de Interlaken, se encuentra Grindelwald. Llegar hasta allí merece la pena, pues vas bordeando lagos a través de la presencia del los majestuosos alpes.
Grindelwald está situado muy cerca del Pilatus Kulm, una de las montañas más altas de Suiza, a la que se puede acceder en un teleférico. Hay un International Hostel, que está lejos de ser el típico albergue juvenil, pues está frecuentado por familias y senderistas y es muy tranquilo. La verdad es que frente a los precios de Suiza en las zonas de esquí esta es una gran alternativa, ya que puedes cenar una fondue hecha allí por muy poco dinero y dormir en una habitación de madera que da al nevadísimo Pilatus Kulm.
Recorriendo hacia el oeste carreteras que va serpenteando verdes praderas típicas de los dibujos animados de la infancia, se puede llegar a Friburgo, límite entre la zona germano parlante y la francófona. Lo que más me llamó la atención de este cantón es Gruyéres. Es un pequeño lugar medieval situado en una colina, rodeado de murallas y de calles empedradas. Si no fuese por el numeroso turismo que lo visita y por lo reconocida que es su producción de queso, parecería que este lugar se había quedado parado en el tiempo. Quizá es que ha sabido conservarse, y una muestra de ello es su castillo del siglo XIII que contrasta con el edificio de al lado, el museo HR Giger, del artista gráfico suizo que diseñó la criatura de Alien, entre otras cosas. Me dio mucha pena no poder entrar al museo, pues ya estaba cerrado cuando llegamos, ni al bar gótico de enfrente, que parecía estar en sintonía con el museo. Todo eso en ese ambiente de ciudad fortificada medieval. Pero dicen que siempre es bueno dejarse algo interesante por ver en algún lugar. Así se tiene la excusa perfecta para volver.
SWITZERLAND
This country represents public-spiritedness in Europe. And good manners, order, calmness... Once I heard that Swiss are considered to be dull. Perhaps I didn't spend there enough time to notice that or maybe I didn't meet enough Swiss people to check it out, but I'm sure that all their mentioned qualities are far better than that uncertain lack of charisma.
Switzerland is a small country full of curious differences. Its excellent geographic location makes it have a mixture of distinguished cultures such us the French, Italian and German. This amalgam makes the country an unique place and its inhabitants worth of our envy since they are fluent in at least four languages.
Switzerland holds several European records: it has the greatest amount of mountains of more than 4,000 metres high (48 mountains), it is the country with the highest train in Europe (the train to Jungfrau) and the highest rack railway (to Pilatus Mount). It is also the country that created milk chocolate and the one which has the biggest waterfall in Europe: Rheinfall Neuhansen, in the north of the country.I don't really know if it's the biggest but i know that 700,000 litres of water falling every second leave people speechless. However that thunder doesn't inspire any type of nature violence, just a paradox: the silence. Silence of a city, of mechanical life and of urban routine.
In the area of Interlaken (centre of the country), there is a place called Grindelwald. It is worth reaching there because you have to go around lakes with the presence of the majestic Alps. Grindelwald is near Pilatus Kulm, one of the highest mountain in Switzerland. You can get to the top of the mountain by cable railway. There is an International Hostel there which is not the typical noisy youth hostel since its guests are mainly families and hikers. It is pretty quiet there and value for money, compared to the prices of accomodation in ski resorts in the area. You can have a home made fondue for little money and sleep in a wooden room watching snowy Pilatus Kulm through your window.
Driving to the west along roads that wind green grasslands (typical from childhood cartoons) you can get to Fribourg, the boundary between German and French speaking areas. What really impressed me there was Gruyéres, a small medieval village on the top of a hill, surrounded by walls. If it wasn't for the several tourists that come to visit and the well-known cheese produced here, one could say that time had stopped in that place. Perhaps they knew how to survive and a proof is their 13th century castle. It really contrasts with HR Giger Museum, from the Swiss graphic artist who designed the creature in Alien. It was a pity it was closed when we got there and so it was the goth bar next to it. But it's always good to leave something interesting to visit in any place. This way there is always a good excuse to return.