AL MENOS UNA VEZ EN LA VIDA
Lugar de visita obligada. Es tan conocida que no da pie a hacerse expectativas, a esperar sorpresas... pero aún así no defrauda. Es tan bonita como te lo cuentan. Y el hecho de que sea un lugar pequeño, donde cada esquina, cada piedra es una obra de arte, no hace más que reafirmar lo que ya imaginabas antes de venir.
Es un destino perfecto para unos pocos días, para olvidarse del trabajo, del estrés, de la monotonía y enfrascarse en una rutina agradable, llena de obras de arte que te transportan hasta seis siglos atrás en la historia, de paseos que te hacen imaginar el esplendor de tantos años de sabiduría concentrada... y cuando esto te satura sólo tienes que meterte en cualquier café a degustar un espresso o a saborear una pizza artesanal y entender por qué los italianos presumen tanto de su gastronomía.
Santa Maria del Fiore se ve desde cualquier punto de la ciudad, es como el faro al que recurres cada vez que crees desviarte de tu ruta. Brunelleschi consiguió realizar esa majestuosa cúpula que hizo que Florencia fuese más que admirada en el siglo XV. Merece la pena subir los casi 500 escalones que llevan a la cúpula, sobre todo porque antes de tomar aliento y hacerse a la idea de la altura, puedes admirar el fresco que cubre la gran superficie de la catedral y representa el juicio final. Entonces, mejor recordar el fresco y la valentía de Vasari y Zuccari, que necesitaron siete años para realizarlo, y envalentonarse a subir por los vertiginosos escalones poco aptos para personas a las que no les gustan mucho las alturas, como a mí. Aunque, pensando en Vasari y Zuccari, me sentí como una cobarde burguesa, así que lo mínimo era llegar arriba y admirar las vistas de toda la ciudad.
El río Arno baña la ciudad de Florencia, y uno de sus adornos principales es el puente Vecchio, casi un emblema de la ciudad. Otro elemento que te retrotrae a una época pasada, lleno de rinconcitos típicos de la Italia romántica, donde los enamorados dejan candados como símbolo de su amor duradero y tiran la llave al río. Las parejas que crean en la leyenda de que este acto hará que su amor sea eterno, tienen a lo largo del puente numerosas joyerías para dar un paso más en su relación, aprovechando el romanticismo del lugar. Es cómico pensar que la leyenda nace de un cerrajero, que dejó allí unos candados para publicitar su tienda. Y este lugar que era de paso, y estaba lleno de comerciantes y artesanos, es hoy un reclamo turístico lleno de joyerías caras que manchan un poco el encanto del puente y del río.
Del mismo nombre que el puente, el Palazzo Vecchio se encuentra en la Piazza della Segnoria, lugar que deja al turista boquiabierto al poder contemplar la monumental fuente de Neptuno de Ammannati, y unas copias de un león de Donatello y David de Miguel Ángel, que te preparan para poder sorprenderte una vez que admires los originales, todos ya dentro de diferentes museos. El palacio Vecchio se quedó pequeño para exponer las numerosas obras pertenecientes a los Medici, así que la Galleria degli Uffizi pasó a ser el lugar indicado para ello. Parece haber tantas obras como turistas, así que lo mejor es olvidar las temporadas altas para evitar colas y aglomeraciones y decidirse a visitar la galería cualquier mañana de un día de semana en invierno.
Después de contemplar y fascinarse con el Nacimiento de Venus de Botticelli ya sólo queda poner la guinda al viaje en la Gallería dell'Accademia y admirar el David de Miguel Ángel. Nunca hubiese imaginado que ese gran trozo de mármol blanco tuviese tanta vida y tanta alma. No importa cuántos videos, fotos, postales y libros hayas visto antes. Hay que verlo in situ, como mínimo, una vez en la vida.
AT LEAST ONCE IN A LIFETIME.
A visit to Florence is a must. It is so well known that there is no room for expectations or surprise... but it won't deceive you. It is as beautiful as you have been told. And the fact that it is a small town where every corner and every brick is a piece of art makes you realise that it is true what you had thought about it before coming.
It is a perfect destination for a few days, to forget about work, stress and monotony and to get involved into a fresh routine, full of art masterpieces that take you back up to six centuries in time, of walks that make you wonder about so many past years of wisdom... and when this is too much you can get into a café to taste a espresso or a pizza and understand why Italians are so proud of their cuisine.
Santa Maria del Fiore can be seen from any place in the city. It is like a lighthouse that guides you when you think you've lost your way. The majestic dome made by Brunelleschi made Florence to be more than admired in the 15th century. It is worth going up the almost 500 stairs that take you to the top of the dome but before you have to contemplate the fresco painting depicting the Final Judgement. So before going up it is better to think about the picture and bravery of Vasari and Zuccari, whose painting took seven years to be completed. Then off you go to the top by those frightening steps.
River Arno bathes the city of Florence and one of its main ornaments is Ponte Vecchio (Old Bridge), almost a symbol of the city. This is another element that takes you back in time, full of small corners, typical from the romantic Italy, where the lovers leave there a lock as a symbol of their strong feeling and throw the key to the river. Couples that believe in that legend and think that after doing this their love will be eternal can find lots of jewelers' s along the bridge to buy the “proof of solid love”. It's funny to think that the legend was created by a locksmith who left locks there to advertise his shop. Ponte Vecchio was in fact a place where traders and craftsmen used to hang out. Today it is a tourists' lure, full of lavish jewelers's, something that spoils the charm of the bridge and the river.
With the same name of the river, Palazzo Vecchio (Old Palace), is located in Piazza della Signoria. This piazza leaves the traveller speechless after contemplate Ammannati's Neptune Fountain and copies of a lion from Donatello and Michelangelo's David, which prepares the tourist for watching the originals, all of them into museums now. Palazzo Vecchio turned out to be really small to house all the art works belonging to the Medici family so The Uffizi Gallery became the place used for this purpose. It seems to be as many paintings and sculptures as tourists so forget about visiting it during high seasons if you want to get rid of long queues and crowds.
After watching The Birth of Venus by Botticelli you'll have to go to the Galleria dell'Accademia to cap it all. I had never thought that Michelangelo was so perfectly skilled to chisel that huge piece of white marble into something with so much life and soul. It doesn't matter how many videos, pictures, postcards and art books you have seen before. You have to go there and watch it, at least once in a lifetime.